miércoles, 28 de mayo de 2008

El Arzobispo Ugarte y el Cusco

“El derecho a vivir no consiste solamente en nacer sino en poder seguir viviendo…Basta el atropello y la muerte por el hambre y la injusticia”

Monseñor Luis Vallejos Santoni

Arzobispo del Cusco

1975 - 1982

Ayer me tome un jugo con un pastel de manzana en el Ayllu y le di una mirada al libro de comentarios de respaldo al Ayllu y de pedidos al arzobispado para que no lo desaloje. Es abrumador. Son 172 folios de un libro de actas grande repletos de yo diría hasta el momento unos 500 comentarios, que con variedad de tonos, subrayan lo indignante que resulta para un claro grupo de cusqueños, que el arzobispado pretenda desalojar este negocio para alquilárselo a una cadena de cafeterías extranjeras… el nombre que suena mucho es Starbucks (no se es cierto o es solamente un rumor).

No se trata de romantizar al Ayllu y convertirlo el dechado de todas las virtudes que jamás una cafetería tuvo juntas. Pero joden varias cosas de lo que esta pasando en relacion a la gestion del actual arzobispo y su actitud con la población cusqueña.

No es la primera vez que el Arzobispado se muestra angurriento por dinero. Recordemos que con la administración de este arzobispo el circuito de la catedral ha salido del boleto turístico y se ha constituido su circuito propio. Habría que preguntarse ¿Dónde van los ingresos provenientes del circuito turístico? ¿Cómo es que se invierten o gastan? No he logrado encontrar respuestas a estas preguntas (si por alli alguien las sabe por favor, cuenten). Esto es aun más relevante pues para restaurar la Catedral luego del terremoto de 1986 se han invertido en largos años tanto fondos públicos como los de cooperación española. ¿No debería estar informada la ciudadanía que es lo que se hace con estos fondos que se generan a partir del patrimonio monumental de todos y del turismo? Parece obvio que algo de este dinero se ha ido invirtiendo en la restauración de los bienes muebles dentro de la catedral, pero se necesita mas transparencia. Asociado a esto, hay un afán de lucro con las preferencias que se dieron a la agencia de viajes del “sobrino” del arzobispo, que ofrecía tours exclusivos a ciertas colecciones restringidas de joyas de la catedral (esto fue debidamente denunciado por la Asociación de Agencias de Viaje del Cusco).

No es la primera vez que el Arzobispado actúa como si los bienes que están bajo la administración de la iglesia fueran suyos y no del pueblo cusqueño. Ejemplos: la ridícula actitud de poner un trapo para que no se vea la catedral en el concierto de Libido, la pretensión de que no se utilice el atrio para fiestas y demás vida social al aire libre en la Plaza de Armas llegando hasta la pretensión de ponerle rejas!!!.

Otra joya es que en esta gestión se esta haciendo todo lo posible para ahogar al Instituto de Pastoral Andina, fundado y continuado por arzobispos sumamente respetables como Ricardo Durand, Luis Dalle y Luis Vallejos. El IPA es la institución que publica Allpanchis [Nuestra Tierra, cabe resaltar que el titulo inicial era Allpanchis Phuturinqa, cuya traducción es Nuestra Tierra Florecerá) desde 1969. Esta es una revista indispensable para las ciencias sociales en el Sur Andino, especialmente en aspectos religiosos y culturales. Todo parece indicar que el actual arzobispo no tiene el menor interés en este tipo de labor de la iglesia.

Con estos antecedentes es obvio que este señor no tiene idea de que es lo que podría ofender a los cusqueños y que no. El arzobispo simplemente no sabe portarse en el barrio, no entiende donde esta. ¿Es que así forma a su gente el Opus Dei? Aun asumiendo que el respeto por las opiniones y sensibilidad de los cusqueños le importa bastante poco sigue sorprendiendo como se comporta. Con las tremendas protestas que se armarom en el Cusco por la ley Bruce (en las que se critico directamente al arzobispo tambien - ver dibujito) para cualquiera resultaba obvio que desalojar al único establecimiento en la Plaza de Armas en el que cierto estrato de cusqueños y de visitantes frecuentes del Cusco siente como propio iba a ir en contra de su ya desgastada imagen. ¿O es que si lo calculo pero no le importa? ¿Que le importa que los cusqueños se molesten si su alcancía va ha engordar sustancialmente?

La partida de Monseñor Vallejos en 1982 dejo un profundo dolor en el Cusco. Una diferencia abismal distancia a este del actual arzobispo Juan Antonio Ugarte Pérez. Ojala que pronto tenga que coger sus maletas e irse señor Ugarte. Aquí no lo queremos. Estoy seguro que los cusqueños nos regocijaremos bastante cuando su ilustre y angurriento trasero se vaya del Cusco.

Ver también la columna de Nicolas Lynch, la noticia en Andina, el post de Renzo Guerrero y un post relacionado de Derik Latorre.

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